Ser lasallista.. ah que maravilla, no se si a ti te pasó igual pero fue en La Salle, cuando sentí por primera vez filiación por algo, ese sentimiento de sentirte parte de un grupo, de una ideología común, ser parte de algo grande.
Aun recuerdo a un profesor de ahí que decía, que aún cuando camines… la gente se de cuenta que eres de la salle. Ahora lo entiendo bien, en cada paso que demos por la vida, que se note que somos lasallistas.
Y es que no hay que esperar hasta el momento de una gran obra para participar, un grupo por más numeroso que sea, pierde fuerza, se diluye su imagen si no se expresa en los mínimos detalles. Si sus miembros no reflejan una imagen común que les caracterice, pierden rostro… se vuelven nada.
Para mí, ser lasallista es ser noble y acomedido con lo que me rodea, pese a todo… puede significar hacer un donativo a la causa… trabajar “pro bono” para quien lo necesita, si, pero también va desde cosas tan simples como regalarle una sonrisa a esa persona que se ve que va enfurruñada, con algún problema por la calle.
Para mi, ser lasallista, es ser generoso en todo… hasta conmigo (que a veces, eso cuesta)…
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